Joven discapacitado cubano cruza el río Bravo y se reúne con su familia en EEUU (video)

«Decidí emprender este camino, bueno mi familia me ayudó y gracias a ellos yo estoy aquí», dijo entre lágrimas Adrián al periodista Javier Díaz de Univision 23.

El joven salió de Cuba por la ruta de Nicaragua y tras atravesar por varios países pudo cruzar el río Bravo a pesar de tener una discapacidad en su pierna izquierda.

«Es algo grande, yo no me creía que estaba aquí», dijo. Adrián se demoró solo 16 días en llegar desde que salió de Nicaragua. «Yo soy guerrero, no le tengo miedo a nada. Yo monto caballo, yo lo que haya que hacer, lo hago».

Adrián vivía en Pinar del Río y trabajaba en el campo por su padre cultivando tabaco. Para él, haber nacido con una atrofia en su pierna, no ha sido una barrera.

Durante el viaje contó que muchos cubanos lo ayudaron, sobre todo a la hora de cruzar el peligroso río Bravo. «Me daba el agua por la cintura», cuenta de ese momento.

Dijo, además, que cruzó el río caminando. «Venían gente conocida, hice amistad en el camino y ellos me ayudaron, yo abrazado de ellos», detalló. Adrián que tiene solo 32 años y lleva un mes en Estados Unidos.

POR SI TE LO PERDISTE: «Ya estoy aquí, tengo que arriesgarme», cuenta cubano con una sola pierna que cruzó río Bravo

Julio Martínez, un migrante cubano, hizo un viaje sin boleto de regreso a la isla. Una travesía de la cual sólo tenía referencia por redes sociales o la experiencia de algún conocido.

“Terriblemente riesgosa”, dice a Telemundo 51. Y la travesía se vuelve más riesgosa para migrantes como él, con una discapacidad física.

“Imagínate con una sola pierna, pasando por un puente de tablas, era muy difícil por los bastones, y al subir a una guagua me resbalé”. Por carretera, zonas montañosas, a pie. El recorrido por Centroamérica, cuenta Julio, no fue el más peligroso.

“Se hablaba de que en el río había partes que eran bajitas, otras que eran más de profundidad y yo dije bueno, ya estoy aquí y tengo que arriesgarme a cruzarlo”.

Auxiliado por otros dos migrantes, también de origen cubano, al amanecer del 25 de abril, julio cruzó el peligroso río Bravo por Piedras Negras.

“Yo traje mi pierna de Cuba, ellos me traían la pierna, más la mochila que yo no la podía cargar”. Casi sin aliento y con la añoranza de un pronto reencuentro con sus hijas, julio se entregó a las autoridades migratorias y 24 horas después llegó a Miami.

Auxiliado por otros dos migrantes, también de origen cubano, al amanecer del 25 de abril, julio cruzó el peligroso río Bravo por Piedras Negras.